sábado, 3 de julio de 2021

Treinta años sin ti

Hola mamá. Te escribo allá donde estés, tú eras creyente, quizá estés donde tu creías. Hoy 3 de julio hace treinta años que nos dejaste, una desolación no esperada; tú siempre estuviste mal de salud, de hecho, yo tomé la comunión un año antes de lo que me tocaba porque pensabas que podrías morirte, no te encontrabas bien. La verdad, fuiste una eterna enferma hasta los sesenta años, donde de repente y aunque estuviste una semana mal (como otras muchas semanas, la verdad), esa fue la definitiva. Como tú decías, tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, y tú te rompiste y me dejaste un vacío enorme.


Fuiste una mujer grande, luchadora, sabia, te gustaba bailar, el cine, leer y escribir (tengo tantos poemas y cuentos y varias novelas todavía sin pasar a limpio, mea culpa); pero también tenías tus limitaciones, propias de la época en la que creciste, marcada por la guerra y el hambre. 

Trabajaste desde muy joven para labrarte un futuro y te casaste tarde, lo desvelo y quizá no debiera, porque el amor de tu vida no fue posible y al final te uniste a un hombre bueno, mi padre, pero tu vida no fue fácil, ni de soltera ni de casada. Yo era el faro que te iluminaba pero muchas veces te fallé, porque querías agarrarte a mí pero yo a cierta edad, como todos los jóvenes, quería volar libre.


He heredado de ti muchas cosas buenas, alguna no tanto, pero también mi persona se forjó en una mezcla de ser como tú y de huir de serlo, ying y yang de una personalidad fuerte, muchas veces atormentada. Yo he aprendido de ti, de lo mucho bueno que tenías y también, porqué no decirlo, de algunas cosas menos buenas que tenías, como todos (la indecisión, lo primero). 

Me faltas mucho. Me hubiera encantado que conocieras a Mariano, te hubiera gustado nuestra casa, en el campo (tú eras feliz en el campo), el estar en las fiestas que hemos montado o a las que vamos (pongo fotos de tu participación en moros y cristianos, no sé si de San Blas o de Altozano).

Treinta años es mucho tiempo. Pero no te olvido, cómo me hubiera gustado poder disfrutar de ti más años.