Uno de los pocos sitios emblemáticos de la ciudad de Alicante, la Plaza de los Luceros, tiene la desgracia de sufrir cada cierto tiempo agresiones planificadas por los politicastros de turno del ayuntamiento. Ahora no se les ha ocurrido otra cosa que erigir la salida del ascensor del TRAM que discurre de forma subterránea por la plaza allí mismo, en el centro, en vez de hacerlo en las aceras que la rodean. El efecto óptico es espantoso, como poco.
"Alicante guapa, guapa, guapa" es el lema que la alcaldesa Sonia Castedo quiere para su ciudad. Pues va ser que no, más bien "Alicante sucia, fea, destrozada". ¿Qué hemos hecho los alicantinos para merecernos esto?
2 comentarios:
joder :S
¡Que horror!
Hola, lamento no haber contestado antes.
Pues sí, un espanto, el otro día pasé por allí y corroboré la opinión que me hice viendo la foto de Información.
Un abrazo.
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