Lo del "caso Gürtel" deja al ciudadano de a pie con cara de bobo y disgustado. ¿Que las escuchas ordenadas por Garzón, con el consentimiento del fiscal, todo absolutamente legal, no son válidas? Es decir, aunque en las escuchas se oye cómo se reconocen los delitos entre los acusados y sus abogados, no pueden servir como prueba inculpatoria. "Manda huevos", que diría aquél impresentable de Cartagena.
Algo huele a podrido en la justicia española. Rateros de poca monta pasan a la sombra años y los ladrones de guante blanco pueden escaparse de rositas, por errores en el procedimiento. Y por cierto, siempre son del mismo lado. Recuerdo que en el "caso Naseiro", de financiación irregular del PP, también se invalidaron las escuchas y aquí paz y después gloria y todos de rositas, hasta el entonces joven Eduardo Zaplana, que en una de las grabaciones decía confesaba que él estaba en política para forrarse. Y bien que le ha ido, por cierto.
Ay pena, penita, pena, pena de la política española, llena de chorizos, de engreídos, de mediocres, de montabroncas profesionales, de incompetentes, de estómagos agradecidos, de envidiosos... Acabaremos peor que Italia.
1 comentario:
Cuantísima razón tienes, esto es increible, para que luego digan que hay que confiar en la justicia JA!
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