El Tribunal Supremo ha confirmado los diez años de inhabilitación al juez Fernando Ferrín Calamita, por un delito de prevaricación judicial por retrasar la adopción de una niña por la compañera sentimiental de la madre biológica de la menor. Vamos, que se negaba a dejar adoptar a una lesbiana, por el simple hecho de serlo.
Ya he cargado varias veces las tintas contra estos antediluvianos jueces, que consideran que los legisladores se equivocan y que ellos son quienes deben dictar las leyes; pues no, ellos deben hacer cumplir la ley que otros aprueban en el Parlamento, políticos a los que los ciudadanos entregamos nuestra soberanía (por cierto, a veces bastante maltratada).
A ver si ya no tengo que volver a nombrarle nunca o a ver su agrio rostro... Aunque le auguro a este personaje una brillante carrera como tertuliano en la COPE, Libertad Digital o Intereconomía, medios de comunicación tan carcas como él mismo.
3 comentarios:
Calamitas, calamitatis. Es que su apellido le define,¡A saber lo que mamó! Un abrazo.
Hay gente que no evoluciona Pettylux. Y se creen con la verdad en la mano
Saludos
Esta gente se va extinguiendo, aunque sea por razón de edad; el problema es la estela que deja y que algunos todavía siguen.
Disculpad por no haber contestado antes.
Abrazos.
Publicar un comentario