miércoles, 20 de julio de 2011

Adiós Camps, hasta nunca


Por fin Francisco Camps ha presentado su dimisión como Presidente de la comunidad Valenciana. Pero no ha sido hasta que se ha visto con el agua al cuello, tras mentir reiteradamente durante años, cuando estaba a punto de sentarse ante el juez para explicar de dónde sacó esos trajes que, al final, tan caros le han costado.

Era infumable la resistencia numantina a presentar su dimisión, una vergüenza que el que ostenta la representación más alta de la Comunidad se viera inmerso en una trama que ha estafado con muchos, muchos millones, las arcas públicas valencianas. La trama Gürtel, su "amiguito del alma" el Bigotes, al que Camps quería "un huevo", el aceptar trajes de marca a cambio de... ¿de nada? ¡ja, ja!, y eso que los trajes son la punta del iceberg de la corrupción donde el gobierno y el PP valenciano han encallado; todavía queda mucho juicio por ver, la financiación ilegal del partido a través de los contratos de la Fórmula 1, la visita del Papa, los stands de Fitur, etc. Y todo ese dinero ha salido del bolsillo de todos y cada uno de los valencianos, en una comunidad endeudada para décadas y entregada a ostentaciones, fastos y corruptelas, mientras la educación, la sanidad, la dependencia, la administración de justicia, hacen aguas por todos lados, ¡si ya no se pueden pagar ni los sellos de las cartas que envía la Generalitat! Una administración valenciana paupérrima, que debe dinero a miles de pequeñas y medianas empresas, mientras Camps y Rita Barberá se paseaban triunfantes con Fernando Alonso en un Ferrari descapotable... Y para Alicante ha sido un presidente funesto, que se lo pregunten a Ripoll, que no consiguió ver ni un euro de lo prometido para el Auditorio de Campoamor, por ejemplo...


Y se va mintiendo, proclamando su inocencia, ¿entonces por qué se va? A mí, si me acusaran de algo falso, pondría todo mi esfuerzo por demostrar mi buen nombre pero claro, para él ya no es posible, no se puede estirar tanto recurso ficticio, tanta ocultación en Canal 9, al final la imagen de Camps sentado en el banquillo de los acusados y la más que probable sentencia condenatoria, han podido con la paciencia de Rajoy, ya que Camps se convertía en una china demasiado gorda en su zapato, camino a La Moncloa. Y ahora se "sacrifica" para que el PP gobierne sin problemas en las próximas elecciones. En octubre será el juicio, con otros dos imputados habiéndose declarado ya culpables (y uno de ellos, recordémoslo, ex-vicepresidente primero del Gobierno Valenciano).

Adiós, hasta nunca, a ver si se nos borra tu socarrona y falsa sonrisa, "molt (des) honorable".