lunes, 4 de julio de 2016

25 años sin ti...


Tal día como hoy te enterramos, hace veinticinco años. Una parada cardíaca se te llevó el día anterior, ante la atónita mirada de tu marido, hermana, amigos y mía... 

Moriste muy joven, sesenta años no son suficientes para saborear la vida. Pero por tus circunstancias (la maldita guerra civil, la posguerra, no llevarte bien con tu madre) y también, hay que decirlo, por tu forma de ser, la vida que viviste no fue buena para ti. 

Guapa, culta, inteligente, divertida, trabajadora, te fascinaba la música, bailar, el cine, la literatura (guardo cientos de poemas, docenas de cuentos y varias novelas escritos por ti). Te encantaba hablar y escuchar, nadar en la playa, pasear por el campo rodeada de flores y frutos, jugar al ajedrez, las damas, el dominó, las cartas... Todo lo que sé de cocina lo aprendí de ti, como pinche tuyo. 

Hace veinticinco años se abrió un vacío enorme en mi corazón. Allá donde estés sabes que no me encuentro solo, que tengo un amor a mi lado maravilloso, familia y amigos que me quieren... Y sabes que te extraño mucho, cuánto daría para que estuvieras conmigo y Mariano en casa, rodeada de flores y animales... Te quiero, mamá.