Desvergüenza institucional

Que se utilice de moneda de cambio las instituciones financieras en el caso Gürtel es una desvergüenza, en este caso institucional porque quien lo hace es el presuntamente Molt Honorable President Camps y su partido también presuntamente corrupto, el PP.

Este individuo torticero, meapilas y amigo de sus amiguitos del alma y del buen vestir, después del impresentable retraso antidemocrático de la elección como senadora de Leire Pajín, como represalia por haber denunciado los presuntos pero muchos casos de corrupción de Correa, el Bigotes con el Gobierno y el PP valenciano ¿liderado? por Camps, ahora ha decidido excluir de los órganos de Bancaja, tercera caja de ahorros española, a todos aquellos que no piensen tan conservador como él, es decir, ni socialistas, ni sindicalistas de UGT, ni organizaciones de impositores y consumidores no afectas. Ya lo avisaron, eso sí: "Si se quita la denuncia del juzgado, habrá pacto". Puro chantaje.

Es lo que tiene el poder absoluto, que se utiliza absolutamente como rodillo para laminar toda disidencia, y si no que se lo digan a José Joaquín Ripoll, presidente de la Diputación de Alicante y miembro del PP, pero ¡ay!, zaplanista de pro... ¡si hasta el defenestrado RIP Costa decía que lo quería meter en la cárcel!, y todo por pensar diferente a la mayoría de su partido. Todo muy democrático.

En fin, esperemos que la justicia, la verdadera no la de las amistades inquebrantables, ponga a cada uno en su sitio.

Para saber más de los trapicheos de Camps en Bancaja, pinchad AQUÍ.