
Me reconozco de izquierdas de toda la vida y sin embargo no apoyo esta huelga general, no por estar a favor del Gobierno de ZP, sino porque la veo fuera de lugar, extemporánea, debió hacerse antes del verano y no ahora, una vez aprobada la reforma laboral en el Congreso y santificada por los mercados internacionales. La huelga es una arma muy grande para los trabajadores, pero si no se utiliza en el momento adecuado, puede ser muy dañina.
La situación económica lleva un par de años haciéndose insostenible y las grandes fuerzas sindicales no han dicho ni mu a las medidas impulsadas desde el Gobierno, que no han sido capaces de frenar el aumento de paro vertiginoso, pero tampoco esas centrales sindicales han sido capaces de enfrentarse a ZP antes, para obligarle a dar un giro a la izquierda: bien pertrechados en sus poltronas, Méndez y Toxo no han sabido o no han querido plantar cara al Gobierno que les concede las millonarias subvenciones, hasta que no se ha acercado el periodo electoral (sí, las elecciones sindicales comienzan ahora...).
En fin, el miércoles me veo en la tesitura de ir a trabajar y abrirme paso entre el piquete que me espera. Y sindicalista que soy, qué le vamos a hacer... La vida está llena de contradicciones.