Los ingenuos que pensaban que el PP únicamente se estaba cargando la sanidad y la educación primaria y secundaria públicas, estos días se han visto alarmados con las noticias del recorte presupuestario de Esperanza Aguirre a todas las universidades públicas madrileñas.
Lo que aquí, en la Comunidad Valenciana, parece no trascender es que esa situación ya se ha dado; desde hace muchos años los gobiernos primero de Zaplana y luego de Camps han ido ahogando poco a poco a las universidades, de tal manera que hay muchos problemas para pagar a proveedores y las nóminas se salvan, gracias a que la Generalitat ha permitido endeudarse con pólizas de crédito a los rectorados (lo que ahora se pone como solución encima de la mesa en Madrid).
El gobierno de Camps debe muchos, muchos millones de euros que, despilfarrados en grandes eventos deportivos, terras míticas y visitas papales, se han ido detrayendo de otros servicios más esenciales... ni se aplica la ley de dependencia, ni los chavales que dan clase en barracones ven que se les construyan aulas apropiadas, ni se acaban las listas de espera en sanidad, ni se destina el suficiente dinero para una investigación de calidad o simplemente, para pagar las nóminas de profesores y personal administrativo y técnico.
Así está la cosa; llegará un día que esta Generalitat declarará la bancarrota y seremos todos los valencianos los que tendremos que apechugar con lo que unos manirrotos han ido soltando alegremente para fastos y auto-bombo. Por cierto, en la retrasmisión de Canal 9 de la salida de la Volvo Ocean Race en Alicante, apareció Camps más veces que todos los pilotos y todos los veleros juntos. "Qui paga mana, che".
Lo que aquí, en la Comunidad Valenciana, parece no trascender es que esa situación ya se ha dado; desde hace muchos años los gobiernos primero de Zaplana y luego de Camps han ido ahogando poco a poco a las universidades, de tal manera que hay muchos problemas para pagar a proveedores y las nóminas se salvan, gracias a que la Generalitat ha permitido endeudarse con pólizas de crédito a los rectorados (lo que ahora se pone como solución encima de la mesa en Madrid).
El gobierno de Camps debe muchos, muchos millones de euros que, despilfarrados en grandes eventos deportivos, terras míticas y visitas papales, se han ido detrayendo de otros servicios más esenciales... ni se aplica la ley de dependencia, ni los chavales que dan clase en barracones ven que se les construyan aulas apropiadas, ni se acaban las listas de espera en sanidad, ni se destina el suficiente dinero para una investigación de calidad o simplemente, para pagar las nóminas de profesores y personal administrativo y técnico.
Así está la cosa; llegará un día que esta Generalitat declarará la bancarrota y seremos todos los valencianos los que tendremos que apechugar con lo que unos manirrotos han ido soltando alegremente para fastos y auto-bombo. Por cierto, en la retrasmisión de Canal 9 de la salida de la Volvo Ocean Race en Alicante, apareció Camps más veces que todos los pilotos y todos los veleros juntos. "Qui paga mana, che".
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