Hoy toca hablar de una receta que he practicado gracias a mi cuñada cocinera Mª Encarna, murciana de pro. Hace unos años me pasó un cuadernillo con recetas de postres murcianos, fundamentalmente navideños, que he tenido ocasión de poner en práctica alguna vez, la última de ellas con un recuerdo memorable, que nada tiene que ver con la cocina: estando con las manos en la masa uniendo los ingredientes que a continuación os relataré, un 22 de diciembre, me entretenía escuchando la cantinela de los niños de San Idelfonso, hasta que salió un 5º premio que me resultó familiar; con las manos pringadas me acerqué al ordenador en cuya pantalla estaba la lista de números que jugábamos ese año y, efectivamente, un décimo teníamos del mismo, compartido con otra pareja de amigos. Ni que decir tiene que fueron unas fiestas celebradas por todo lo alto.
CORDIALES DE MURCIA
Ingredientes: 1 k de almendra cruda, 3/4 k de azúcar, 3/4 k de cabello de ángel, 4 claras y 2 yemas de huevo, raspadura de limón, una cucharadita de café de canela y obleas.
Se pica la almendra (o se compra ya picada), se muele un poco el azúcar, se mezclan ambos ingredientes en un bol con las claras y las yemas, la raspadura de limón y la canela hasta hacer una masa compacta. En una fuente de horno se disponen las obleas y encima de cada una se echa una porción de la masa, de forma más o menos redondeada; con el dedo se hace un agujero en el centro, se añade un buen pegote de cabello de ángel y procuramos taparlo con masa, dándole una forma como de cono. Se mete al horno a 180º unos 25 m, hasta que veamos que están doraditos por fuera, que se sacan; aunque den la impresión de estar todavía algo tiernos no importa, al enfriarse se endurece.
Todavía queda tiempo para la Navidad, ya os propondré otros dulces típicos de sencilla elaboración para que os olvidéis de dietas y podáis disfrutar por unos días de algo tan rico y que salga de vuestra cocina.
2 comentarios:
La cocina no se me da muy bien, pero sí le pasaré la receta a mi mujer, para que pruebe hacerlos.
Saludos.
¿Y por qué no intentas hacerlos tú? Excusas, seguro.
Un abrazo.
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