Pequeña Crónica de Fiestas de Castalla 2008

Ya os anuncié en el blog que las Fiestas de Castalla se celebraban durante esta semana y también habreis podido comprobar que mi actividad en el mismo ha sido casi nula, a excepción del poema publicado el martes.

Tras un año de preparaciones, mucho gasto, confección de traje nuevo de gala y de traje de diario, reuniones, arreglo de la comparsa, cenas, copas, Olleta d'hivern, Mig Any, Sant Jaume, por fin ha culminado nuestro primer año en la Comparsa Mariners. Con la mala pata, y nunca mejor dicho, de haberme hecho un esguince la semana anterior, lo que no me ha permitido disfrutar al máximo de estos días, ni asistir a todos los desfiles, ni bailar por la noche; aún así, el balance es positivo y está claro que seguiremos dando el callo en la Comparsa, donde hemos encontrado a muchísima gente muy sana y muy abierta, amén de algún residuo homófobo, trasnochado y ridículo.



Desfilar, comer, beber, desfilar, beber, comer, bailar...y mucha música festera. Después de la nit de l'olleta, el 31 de agosto, donde nos juntamos cuatrocientas personas en el local para celebrar el comienzo de fiestas, y que es la noche más peligrosa por la marcha que tiene y que acaba a muy altas horas de la madrugada, la Entrada del día 1 es el acto más celebrado y que tiene más colorido y espectadores; es el primer desfile, se está más descansado, los capitanes de cada comparsa presentan su boato... Por cierto, nuestros capitanes de este año, chapeau, un diez.

Dianas, procesiones, alardos de arcabucería, guerrillas, baile de banderas, embajadas, la ofrenda de flores (el segundo mejor desfile, en mi opinión), café en La Torre, aperitivos en Llauro, mucho sueño, mucho cansancio, mucho alcohol (desde la mañana hasta que te acuestas), muchos amigos en todas partes, de comparsa en comparsa, de chiringuito en chiringuito... Compartir, sobre todo la alegría. La banda de música, genial. El recital que nos ofrecieron el miércoles por la tarde animó al más hecho polvo (hasta a mí, que estaba sentado con el pie en alto). ¿Y la sesión de autos de choque que nos pegamos con los amigos? Más de veinte años sin subir a uno... Ayer por la mañana, la alegría de que el próximo año mi amiga Maite será una de las capitanas, junto a su escuadra, y verle bailar la bandera de los Merineros. Anoche, guardia del Ayuntamiento, es decir, cuando todo acaba le tocó a nuestra escuadra (Simbad i els marinos) acompañar a la Reina a su casa y a las autoridades al Consistorio. Fin de fiesta. Y final de mandato de nuestro Presidente, Ricardo, que por lo menos el año que le conocemos lo ha hecho muy bien.


Hoy tengo el pie destrozado, he pasado una noche de pena de tanta bota pero bueno, con descanso y analgésicos todo se cura y la verdad es que hemos vivido una experiencia que estamos dispuestos a repetir muchos años.