
Hace unos cuantos años yo me pirraba por Ricky Martin, su frescura, su cara, su cuerpo, su voz...
Eso fue hace bastantes años, dejé de seguirle (y es que ya sé que soy rarito) cuando comenzó a molestarle públicamente que le relacionaran con el mundillo gay, al igual que le pasó a Alejandro Sanz (otro del que no me intereso para nada y que algún día también saldrá a la luz).
Desde hace tiempo me ha parecido muy importante que, para normalizar el hecho homosexual, había que salir y dar la cara; por eso lo hice yo y por eso celebro cuando algún famoso lo hace, porque ello contribuye siempre a que a algún que otro miope social se le abran los ojos y deje de lado su machismo, su homofobia, que vea que un gay puede ser tan distinto de otro gay como cualquier hetero de otro hetero, que se puede ser como Fabio McNamara, Boris Izaguirre o Paco Clavel, divertidos y con pluma, o serios e intelectuales como como el juez Grande Marlaska, el concejal de Madrid Pedro Zerolo o el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria (y ex-ministro), Jerónimo Saavedra.
En fin, celebremos la salida del armario de Ricky Martin (que por otro lado me parece que puede ayudar a revitalizar su "tocada" carrera), por lo que supone de normalidad democrática en América Latina.