Una pareja gay casada ha tenido que recurrir a contratar un vientre de alquiler en USA (en España está prohibido) para poder tener hijos, ya que el tema de la dopción por parte de los matrimonios gays está bastante complicada. En España no es fácil, porque hay déficit de niños, y en otros países es bastante, bastante complicado, cuando no imposible.
Después de mucha espera, La Dirección General de los Registros y del Notariado, dependiente del Ministerio de Justicia, les daba el visto bueno para que inscribieran en el registro a sus dos hijos, es decir, en el libro de familia.
Después de mucha espera, La Dirección General de los Registros y del Notariado, dependiente del Ministerio de Justicia, les daba el visto bueno para que inscribieran en el registro a sus dos hijos, es decir, en el libro de familia.
Pasito a pasito se irá consiguiendo normalizar una realidad que algunos se empeñan no sólo en no ver, sino en estigmatizar. Todavía hay mucho desprecio, muchas risitas, mucho cazurro con dos dedos de frente que preferiría que su hijo fuera drogadicto o estuviera muerto antes que ser homosexual. Todavía hay muchos adolescentes fustigados por sus compañeros de clases y maltratados por sus padres, incapaces de comprender que su hijo/hija ha nacido así de ellos y que lo importante es que sea feliz en la vida. Todavía hay palizas y asesinatos de homosexuales y jurados homófobos y cerriles que absuelven a asesinos confesos. Queda mucho camino por andar, pasito a pasito, pero ahí estamos, dando la cara aun a riesgo que se rían o nos la partan, porque eso les jode, que demos la cara, que publicitemos nuestra condición sexual sin rubor y con orgullo, que hayamos salido del armario cuando hay tanto supuesto machito casado y con hijos chupando pollas en saunas o playas escondidas...
Pasito a pasito conseguiremos que se nos reconozca como lo que somos, personas, dignas de merecer la felicidad, como cualquier otro. Y ya está.
Pasito a pasito conseguiremos que se nos reconozca como lo que somos, personas, dignas de merecer la felicidad, como cualquier otro. Y ya está.
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