Ya casi me sabe mal escribir esta entrada, por no cansar a mis amigos lectores y que digan que siempre le estoy dando vueltas a lo mismo, pero es leer o escuchar las declaraciones de ciertos personajes/personajillos y entrarme unas ganas locas de, desde mi modesto púlpito en blogger, contestar.
- El nº 2 del Vaticano no conoce la vergüenza. Decir que la pedofilia se asocia a homosexualidad es de locos, mentirosos, carcas, retrógrados. La pedofilia es una enfermedad que se asocia a la instatisfacción sexual de quien la padece, que colma abusando de menores, tanto chicos como chicas. Si no se agarraran al pasado como lo hacen, la jerarquía católica vería claro que el celibato (y el resto de miedos sexuales) es uno de sus grandes problemas para conseguir adeptos. Dejen a los sacerdotes casarse y otro gallo cantaría en Roma.

- Álvarez Cascos y su coro pepero. Mentir insinuando que la policía amaña pruebas e informes contra los populares en el caso Gürtel es aberrante. ¿Tienen pruebas? A los juzgados, que son muy afines. Claro que no tienen pruebas, tienen mucho chorizo (presunto) dentro de sus filas (y sí, también los hay en otros partidos). ¿O será alguna venganza de este "señor" contra las fuerzas policiales?

- El Consejo General del Poder Judicial y otra vez el coro del PP. ¿Acaso los ciudadanos no podemos expresar libremente que procesar a Garzón por querer investigar los crímenes del franquismo es una atrocidad democrática? Lo pensamos y lo decimos alto y claro, porque vivimos en democracia, no en ese franquismo que unos pocos (seguro que algún juez también) tanto añoran.

- Mayor Oreja y de nuevo el coro dichoso. ¿El Gobierno negocia con ETA? Hoy diez detenidos del entorno de la banda. En los últimos meses, ni se sabe. Lo que le da rabia a este "laborioso" eurodiputado (se dice que no pega ni chapa) es que la lucha contra el terrorismo se está llevando ahora mejor que en su etapa de Ministro del Interior, y ahí le duele a este rencoroso y falso personajillo.

Pues hala, ya me he desahogado.