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Cuando pensaba cómo comenzar esta entrada, se me ocurrió una tontuna del tipo "si 22 son los dos patitos, 44 las dos sillas". Y la verdad, aunque es una chorrada, lo de las sillas luego sí me ha dado excusa para seguir divagando: "son dos sillas para reflexionar lo vivido, son dos porque no estás solo, etc.".

En fin, el asunto es que hoy cumplo 44 años, cifra lo suficientemente grande para pararse a hacer balance de una vida. Y la verdad, me he desvelado esta mañana dándole vueltas a la cabeza a esto, los balances, el cómo cada tramo de 15 años (más o menos) ha significado una cosa distinta en mi vida.

El primer tramo, realmente hasta los 16, sería el de la infancia y primera adolescencia, muy marcado por ser hijo único, la soledad en la que me veía, la enorme influencia de mi madre sobre mí (y yo sobre ella), la difícil manera de relacionarme con los demás (en el colegio tuve bastantes problemas con ciertos "compañeros", hay que tener en cuenta que era gordito, con gafas y sacaba buenas notas), lo que me hacía no querer relacionarme con gente de mi edad y buscar niños algo menores, con los que me entendía mejor... Mis amigos siempre tenían un par de años menos y sabían más de la vida que yo, pero bastante más.

I.E.S. Jorge Juan

Todo eso cambió a partir de cierto día que se me ocurrió la idea de querer montar una revista en el instituto, cursando ya 2º del lejano BUP en el Jorge Juan de Alicante. Hacía tres años que me había aficionado a escribir poesías (horrorosas, por cierto) por influencia de mi madre, que también escribía. Y de repente tuve la osadía de poner en marcha mi idea, contacté con varios compañeros (Javier, Jesús, Irene, Misael, Inma) y con algún profesor (Aurora, de latín) y entre todos elaboramos el primer número de Novel, que así se llamó el invento, impreso en multicopista por el conserje del instituto (Amadeo), gracias al auspicio del APA. Y aquello fue un revulsivo para mi carácter y mi vida. Comencé a coordinar, a rodearme de gente y saber transmitirles mi ilusión por un proyecto. De repente, una enfermedad que casi me lleva al hoyo, con 17 años, consigue dos cosas: convertirme popular en las aulas, lo que liberó más mi carácter, y darme cuenta de que lo que no hiciera hoy a lo mejor mañana no podía, porque la muerte acecha en cualquier rincón, y de ahí nació "la cuestión es no parar", como bien describió mi amigo Paco Rico en el prólogo al poemario Los violines no suenan mal.

Portada de mi libro de poemas

Quizá me esté enrollando un poco, os pido disculpas por ello, pero un balance es una cosa larga y tediosa que hasta que no acaba y cuadra no te quedas a gusto.

A partir de ahí no paré, efectivamente. Seguí escribiendo, publicando en revistas de creación, diarios, periódicos, me dediqué a hacer de periodista en varios medios locales, entré a estudiar en Universidad, fundamos otra revista, Tropos (con Paco, Manolo, Miguel Ángel, Christine, José Carlos, Irene, Javier), di clases en academias, hice de bibliotecario particular de un escritor falangista, participé en teatro y recitales de poesía, me presenté por primera vez a unas elecciones en 1985 y resulté elegido (desde esa fecha pertenezco al Claustro de la UA, primero como alumno y luego como PAS), comencé a trabajar en la Universidad de Alicante (no había cumplido los 21), me metí en política (JSPV), empecé tarde, muy tarde, a tener conciencia de mi orientación sexual, me enamoré por primera vez, comenzó mi afición a pinchar música, murieron mis padres con 60 y 67 años (sin hermanos y poca, aunque buena familia, qué importantes fueron ahí mis amigos), comencé con mis primeras dietas, me hice activista gay, me enamoré varias veces más hasta que se acercaba la treintena y unos meses antes de cumplirlos conocí a Mariano; ahí se acabó el segundo periodo de mi vida y comenzó el tercero, en el que me encuentro.

Mariano y yo, Marineros en Castalla

En este tercer trozo de mi historia me saqué el carnet de conducir, nos mudamos de la ciudad al campo, rodeados de animales y plantas, se ha ido consolidando mi carrera profesional, sigo en política pero de una manera menos visceral (tratando de ayudar simplemente y atizar al contrario lo que puedo), sí estoy metido en temas sindicales a fondo (labor que comencé en el 2000 con UGT, acabé desilusionado de aquella gente y me reenganché en un proyecto nuevo como es el SEP) , me hice festero (hogueras, moros y cristianos, peñas murcianas), continúo con mis dietas, escribiendo algo, pinchando música de vez en cuando (llegué a tener un programa de radio), ejerciendo de profesor en algún curso (junto con la de bibliotecario, mi profesión preferida), cuento además de la propia con una extensa familia (rama Mariano) con la que estoy muy feliz y en fin, me dedico a relacionarme por Internet vía redes sociales y blogs, que en todas partes ando metido. Continúo con mi máxima, "la cuestión es no parar". Y os lo cuento, por si el año que viene la vida me ha obligado a frenar. Esperemos que no.

Facultad de Económicas de la Universidad de Alicante, en cuya Biblioteca trabajo