Ya empiezo con el asma...

Bueno, ya estamos meteorológicamente hablando en otoño... qué rabia, che.

Durante el estío no he tenido prácticamente problemas respiratorios, mi inhalador ha sido utilizado en varios meses en tan pocas ocasiones que se podrían contar con los dedos de una mano; sin embargo, esta noche he necesitado de él más veces que en todo el verano. Qué espanto, ya empezamos.

Cualquier mínimo frío que pillo, ¡hala!, directo a los bronquios; ya la semana pasada la respiración o mejor dicho, la falta de ella, me ha estado avisando (las nubes) y he tenido que recurrir al auxilio del Ventolín más de una vez, pero lo de estas horas nocturnas ya empieza a pasarse de castaño oscuro, que se suele decir, así que he pillado mi caja de Bronsal, un medicamento inyectable antiguo pero que a mí me resulta muy eficaz, mano de santo, y dentro de un rato me acerco al Servicio Médico de la Universidad para que me lo pongan... no me apetece pasar a mayores, la verdad (a veces me ha tocado, en plena crisis asmática nocturna y ante la inutilidad de los inhaladores, pincharme yo mismo...).

Ya os contaré la evolución de mi asma durante la semana, espero que se tranquilice el tema, de verdad.