DESDE NUESTRA CASA
Desde nuestra casa,
donde no habita el olvido,
no tenemos más remedio
que buscar la paz de la conciencia;
desde nuestro rincón particular
donde, empecinados en replegarnos,
esperamos el tópico paso del tiempo:
desde nuestro tú y yo, abocados
a la amargura del existir,
nos vemos forzados
a ser y estar, aunque nos pese.
(J. Rafael Sirvent, Los violines no suenan mal, 2001)
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